
La importancia del contacto
La maternidad cambió mi manera de ver la vida.
Imagino que nos pasa a todas. Y es algo que ocurre de repente, por mucho que hayas leído y te hayas preparado, algo dentro de tí hace click y, si sigues tu instinto, dan igual las creencias que tengas o hayas tenido acerca de la crianza.
Cuando nació P. nos pasó lo mismo que a muchos, todo el mundo parece saber más de tu hijo que tú, y te empiezan a bombardear con «no le cojas en brazos que se malcría», «a los cuatro meses hay que sacarle de la habitación que se acostumbra»,… En estos momentos de «consejos no pedidos», muchas veces puedes desconectar de tu instinto y dejarte llevar por esas voces, o puedes conectar con tu instinto y con tu bebé y hacer las cosas que a tí mejor te parezcan para vuestra familia.
En nuestro caso, pese a todo lo que nos aconsejaban, nuestro hijo parecía vivir mejor y más tranquilo cuando estaba en contacto con nosotros, y eso hicimos.
Quizás si P. hubiera estado tranquilo en la cuna o en el carrito, no hubiésemos buscado otras alternativas puesto que no habríamos tenido oportunidad de plantearnos aquello que llevábamos aprendido. Pero P. odiaba cualquier cosa que no fuera estar constantemente pegado a nosotros.

Así fue como llegamos al mundo del porteo y a raíz de llegar a ese mundo me enamoré de aquel concepto, de que el contacto era lo mejor, no solo para mi bebé, también para nosotros y para toda la humanidad. Me formé como Asesora de porteo, como Doula, como Monitora de Masaje infantil,… y en todas esas formaciones se ratificaba lo que habíamos constatado con nuestra propia experiencia: EL CONTACTO ES IMPORTANTE, y no sólo importante, es fundamental para el desarrollo armónico de las personas.
El simple hecho de dar y recibir un abrazo disminuye los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta los niveles de dopamina y serotonina, dos neurotransmisores directamente implicados en el bienestar emocional.
Han pasado ya 10 años desde que comenzó esta andadura, 10 años en los que he ayudado a muchas familias a conectar con su instinto y con su bebé, 10 años en los que he seguido formándome e investigando, 10 años en los que llegó la reflexología a mi vida para quedarse, 10 años en los que en casa seguimos dando y recibiendo abrazos y masajes.
Si te quedas por aquí te contaré cómo lo hemos conseguido.